El Catolicismo Romano

Se trata de la más numerosa rama del cristianismo histórico. El término “catolicismo” originalmente se aplicaba a la Iglesia universal. A partir del Cisma de Oriente (1054), la Iglesia Occidental se proclamó como la única que debía ser conocida como católica, pero sus pretensiones no han sido aceptadas por importantes sectores cristianos. Los ortodoxos, los viejos católicos y los anglicanos se consideran también católicos, es decir, ramas de la Iglesia Católica Antigua y admiten gustosamente que la Iglesia de Roma también tiene derecho a esa condición. Varias iglesias protestantes históricas utilizan la palabra católico en sus credos y confesiones.

María en el Catolicismo

La enseñanza de la Iglesia católica acerca de la virgen María incluye términos y expresiones como «siempre virgen», que fue una mujer sin pecado, que ascendió a los cielos tal como Jesús, que es corredentora, que recibe nuestras oraciones, que es el camino a Jesús, o que es Reina del cielo.

Jesucristo en el Catolicismo

La enseñanza tradicional de la Iglesia católica es que Jesús es el Hijo de Dios, Salvador, etc. Pero en la práctica, Jesús es más el hijo de María que el Hijo de Dios, representado la mayoría de las veces colgado en una cruz o sufriendo, y quien es más accesible a través de su madre quien puede calmar su cólera.

Apologética Católica

En los últimos años ha tenido un resurgimiento la apologética católica, y cada vez vemos más católicos comprometidos con la defensa de su fe. Uno de los puntos de mayor desacuerdo sigue siendo la autoridad del magisterio para sus credos ( y luego la Biblia). Hacerles entender la autoridad de Dios (la Biblia) sobre la de los hombres (tradiciones) es vital para hacerles ver la verdad.

¿Rezar a los Santos?

Algo característico del catolicismo es su creencia en que de alguna manera, los santos fallecidos pueden ayudarles de muchas maneras, por lo que suelen rezarles y pedirles favores. Nuestros amigos católicos parecen ignorar que hay un solo Mediador entre Dios y los hombres, que Cristo y el Espíritu Santo interceden por los suyos (ver Romanos 8:26,27,34), y que Dios reprueba todo intento de comunicarse con fallecidos (ver Deut 18:9-11). Esto es sin duda otro ejemplo de las diferencias entre la Biblia y los dogmas en la Iglesia católica de Roma.

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