Quienes no compartimos la fe católica, a veces somos tachados de no creer en María. Pero, ¿en qué María? Si se refieren a la sencilla mujer judía de la cual Dios se agradó para que a través del Espíritu Santo concibiera al Logos Eterno, decimos que sí creemos, y enseñamos de ella todo lo que dice la Biblia. En la que no creemos es en la María del catolicismo, evolucionada y cambiada a través de los siglos, llena de epítetos con una descripción ajena a la Biblia. Por eso hoy les escribo sobre los títulos aplicados a la virgen María, ¿qué significan?
No negamos lo sensible que es el tema. Muchas personas tienen una estima muy alta por la Virgen María. Es importante acotar que no buscamos ofender a nadie, no nos interesa mentir ni herir susceptibilidades, sino hacer un sincero análisis de estos términos y si se adaptan a lo que Dios reveló en las Escrituras. Comencemos…
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María Virgen Perpetua
Es la enseñanza de que María fue siempre virgen porque luego de nacer Jesús, nunca tuvo relaciones sexuales con José, su esposo. Esta enseñanza católica tiene dos fallas: primero, la Biblia no lo enseña enfáticamente (parte de una suposición); y segundo, la Biblia enseña lo contrario.
La vida en común, la vida de familia, las labores de madre y esposa no sólo son normales en el contexto judío, sino una exigencia de parte de Dios. Que un hombre o una mujer no cumpla con el deber conyugal se percibe como irresponsabilidad y desobediencia a los propósitos de Dios para con la familia (1Cor 7:3). Por eso la Biblia presenta a María como una mujer absolutamente normal: madre de sus hijos y esposa ejemplar, como se esperaría de una mujer devota creyente en Dios.
La Biblia habla de los hermanos de Jesús en diversas ocasiones. En Mateo 12:47 (ver también Marcos 3:32) se narra cuando a Jesús le avisan que su madre y sus hermanos estaban fuera de la gran multitud. Quizá para saludarle. También en Mateo 13:55 se reconoce a la familia de Jesús, hijo de carpintero, y cuya Madre y sus hermanos eran conocidos. En Juan 2:12 hay una distinción entre la familia (hermanos) de Jesús y sus discípulos. En Juan 7:5 se nos dice que sus hermanos no creían en Él. Pero en Hechos 1:14, ya después de la resurrección, tanto María como sus otros hijos (hermanos de Jesús) aparecen orando con los demás creyentes.
María, la Madre de Dios
Esto es un tema de disputa aun entre cristianos, católicos o no. Esta enseñanza parte del hecho de que como Jesús es Dios, y María la madre de Jesús, entonces María sería la madre de Dios. Pero, siendo que Dios es eterno, Creador y autoexistente, ¿podría tener una madre, humana, creada, y limitada en todo sentido? Esto podemos verlo de dos maneras, una cristológica y otra mariológica, que es la incorrecta.
En la Biblia tenemos que Elizabeth se refirió a María como la «madre de mi Señor» (Luc 1:46). Y desde ahí surge esto que tratamos hoy. Cuando entendemos que esta frase es cristológica (es decir, que el protagonista aquí es Jesús por la grandeza de que el Señor o Dios pueda estar esperando nacer desde un cuerpo humano), no tendríamos problemas con la aceptación de este título. Pero el significado que se da en la Iglesia Católica de Roma es lo que tendrá siempre como un título erróneo, susceptible de adoración o culto.
Nestorio y teothokos, un poco de historia con este Título
Nestorio era Obispo Principal de Constantinopla, era u feroz defensor de la Deidad de Jesús, pero sumamente preocupado por tratar de mantener separada esa Deidad de su humanidad, temiendo que el título de «madre de Dios» redundara en minimizar la humanidad o figura de Cristo. Así que hablaba como cualquier evangélico hoy: María sólo es madre de la humanidad de Jesucristo.
En cierto modo tiene razón, pero el asunto es que no puedes dividir a Cristo en dos personas por tener dos naturalezas. Aunque pudiera tener una preocupación justificada, fue condenado como hereje en el Concilio de Éfeso (año 431). Luego, en la Declaración de Calcedonia (año 451) se confirmó el título «teothokos» para María, es decir, portadora de Dios (porque portó o llevó a Dios en su vientre), y con algunas limitaciones, pues al referirse a Jesús dice: «por nosotros y nuestra salvación, nacido de la Virgen María, la madre de Dios (theotokos), según su humanidad».
Este título genera polémica, sin duda. Pero es citado aquí por la mariología, pues aunque el título sea cristológico, es decir, referente a Jesús por su preeminencia y entrada en el mundo, el catolicismo pone sus reflectores en María, usándolo para su mariología o, lo que llaman: hiperdulia, que es el culto a la Virgen María.
Como ya dije: un cristiano que escudriña la Palabra no tendría problemas en aceptar este título de teothokos o Madre de Dios, porque nunca verá a María como protagonista o digna de culto por esto, sino que siempre verá a Jesucristo como el Único Digno, de toda nuestra atención, alabanza, y culto. El problema con este título surge cuando se ve de forma mariológica y no cristológica.
Así que concluimos este título preguntando lo que se quiere implicar. ¿Es María Madre de Dios? Depende. Si con ello quieren decir lo que establece la Biblia: que dio a luz a Dios, para que Dios salvara a la humanidad incluyéndola a ella, entonces sí; pero si implican que es digna de adoración o culto, poniendo sobre ella las luces, entonces no.
Nunca estará de más señalar que María es teothokos por voluntad de Dios, no por María. Es común que haya mujeres embarazadas, pero no que Dios estuviere en un vientre. Y como Dios hacía su entrada al mundo, el hecho de estar en un vientre ponía los reflectores para que el vieran a Él, no a su madre.
María, la Santa Inmaculada
Según el catolicismo María fue preservada desde su concepción para no cometer ningún pecado. Primero, la Biblia no dice nada a favor de ello, y en contra dice que desde Adán, el pecado pasó a todos los seres humanos sin excepción (Rom 5:12).
Aunque la Biblia no lo dice, es común que algún católico crea tener apoyo a esta idea basándose en que María es «llena de gracia», lo que significaría que Dios la dotó de la capacidad de no pecar desde su nacimiento.
Creo que a todo católico le interesa la verdad. Por ello es necesario decir que la Biblia nunca llama a María «llena de gracia» (lo más cercano a ello es «muy favorecida», en Lucas 1:28). La única vez que aparece esa esa expresión en la Biblia es con Esteban (ver Hechos 7:46), y a nadie se le ocurre decir que nunca pecó. Así entendemos que este título de Inmaculada o «sin pecado» es sólo un invento que trata de asignarle a María un atributo moral que sólo pertenece a Dios: la impecabilidad. Que Dios guarde a cada católico de no blasfemar dándole a María lo que propiamente es de Dios.
María la Reina del Universo
Este título dice más de lo que el católico promedio supone, y ello es lo que nos motiva a corregir, con amor, la ingenua credulidad del católico sobre estos temas. Por supuesto, reconocemos la sinceridad de lo que cree, pero esa sinceridad no le acredita veracidad.
El catecismo establece:
Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo… (966)
Primero, como ya vimos, la Biblia presenta a María (igual que a todo ser humano desde Adán) como pecador. El católico no lo percibe pero con esta afirmación se pretende colocar a María, un ser creado, al nivel de Dios. Primero se le quiere endilgar un atributo (que sólo puede tener Dios) de impecabilidad. Y segundo, en el Universo sólo puede haber un Rey que es Dios, y no una Reina que esté a su nivel.
Cuidado: En la Biblia hay un Culto a una Reina
En la Biblia el Único Rey en la teocracia judeo cristiana, es el Señor Dios. Aquí es preciso recordar que el culto a una Reina en los cielos no es algo nuevo, y es bueno hacerlo saber a cualquier católico con el que compartamos la verdad. El profeta Jeremías denuncia un culto a la Reina del Cielo, una deidad a la que adoraban familias enteras y que sería la diosa Istar de Babilonia. El profeta dice:
Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. (Jer 7:18)
También hay referencia a ello en Jer 44:17-19;25.
Si de extremo a extremo la Biblia sólo llama Rey a YHWH, (Jehová o Yavé) Dios; si el culto es sólo para el Padre o el Hijo; y si nuestro Señor Jesús no enseñó a dar culto a María (tampoco los apóstoles), entonces, ¿por qué razón sugerir que María posee lo que es propio de Dios, con la intención de dar a la criatura lo que sólo es del Creador? Aun siguiéndole la pista a una tradición a través de la historia, nada implica que deba ir en contra de lo que Dios establece en su Palabra.
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Que el Señor te bendiga.
Acerca del Autor
Juan Valles
Teólogo en formación, predicador del evangelio; apasionado por la apologética y la doctrina cristiana; se dedica al estudio de sectas y movimientos religiosos. Está casado y reside en Caracas.