La Ciencia Cristiana

La Ciencia Cristiana

La Ciencia Cristiana, como muchas otras sectas, afirma haber recibido una revelación que va «más allá» de la revelación bíblica, es decir, nuevas verdades divinas nunca antes reveladas. (1). La ciencia cristiana hace lo mismo que muchas sectas: tiene una segunda autoridad que pasa por encima de la Biblia, convirtiéndose en la autoridad decisiva para resolver los problemas doctrinales. Los escritos de la señora Eddy tienen la palabra final en lo que a la Ciencia Cristiana se refiere, y la Biblia queda relegada a una posición secundaria. (2)

¿Es cristiana o científica la Ciencia Cristiana?

La Ciencia Cristiana no es ni ciencia ni cristiana, puesto que rechaza todas las doctrinas importantes del cristianismo histórico. La revelación divina que la señora Eddy alegaba haber recibido queda contradicha por los hechos, que atestiguan con claridad que ella no estaba representando al Dios de la Biblia. Aunque hablaba en el nombre de Jesús, sus enseñanzas están en conflicto con las de El en todos sus aspectos. (3)

Existe abundante literatura que refiere casos auténticos en los que algunos practicantes de la «Ciencia Cristiana» fueron condenados por los tribunales norteamericanos por el delito de rechazar toda ayuda médica y quirúrgica para sus pacientes, dejándolos morir inútilmente. El relato de estos casos puede encontrarse en libros de las bibliotecas públicas, y si no en las salas de lectura de la propia secta. (4)

La conexión Eddy-Quimby

Mary Baker Eddy fue la «descubridora y fundadora de la iglesia de la ciencia cristiana». Ahora bien, aunque es cierto que la señora Eddy fundo esta iglesia, ella tomo plagio y se apropió de las ideas y métodos de sanidad que constituyen la base de la ciencia cristiana, de un pseudo-sanador del estado de Maine, en la nación estadounidense, llamado Phineas P. Quimby. Así que mientras que Mary Baker Eddy fue la fundadora y «madre» de la iglesia. Phineas P. Quimby fue el “padre” de su sistema de ideas y métodos de sanidad. (5)

Mary Baker Eddy y su libro Ciencia y Salud con clave de las Escrituras

Mary Baker Eddy decía que su libro de texto «Ciencia y Salud con clave de las Escrituras» era «inspirado por Dios», y en realidad es de aquí donde se fundamentan las supuestas «verdades» de las doctrinas de la ciencia cristiana. Eddy escribió:

«Me habría ruborizado de haber escrito lo que he escrito en cuanto al libro Ciencia y Salud con clave de las Escrituras, si este fuera de origen humano, y yo, aparte de Dios, su autora, pero como yo fui nada más una escriba, dando eco a las armonías del cielo en metafísica divina, no puedo ser excesivamente modesta en mi evaluación del libro de texto de la Ciencia Cristiana». (6)

Aquí tenemos una vez más el método de los cultos. «Si, nosotros creemos en la Biblia, pero este libro que nosotros tenemos explica la Biblia, y en muchos casos expresa el asunto mejor». Es imposible estimar el daño que se ha hecho por los que han venido a la humanidad, diciendo: “La Biblia y nuestro libro». (7)

La Ciencia Cristiana y la sanidad divina

La impresión más generalizada en cuanto a la ciencia cristiana es que es un sistema de sanidad por medio de la oración. Nada podría estar más lejos de la verdad. La señora Eddy negó explicita y consistentemente que las sanidades obradas por la ciencia cristiana fueran el resultado de la oración. Más bien se había debido a la negación de la realidad de la enfermedad y del dolor, el aceptar de que el sufrimiento y la enfermedad existen solo en la mente, esa comprensión de la verdad era la sanidad. (8)

No soy científico cristiano porque, como evangélico, creo que la sanidad divina viene como respuesta a la oración y la fe (Santiago 5:14-16) y por lo tanto yo nunca podría creer la idea de la Ciencia Cristiana de que la manera de sanar de la enfermedad es sencillamente negando su existencia como «un error de la mente mortal». (9)

Las dos fuentes doctrinales de la Ciencia Cristiana

Las fuentes son dos: La Santa Biblia y Ciencia y Salud. La segunda, puesto que es la interpretación y explicación de la primera, es la autoridad final. El verdadero significado de la Biblia es conocido solamente mediante Ciencia y Salud, que dice ser «la voz de la verdad para esta era, y….. (un libro) no contaminado por hipótesis humanas» (SH 456:27-28; 457:1-2). La Biblia como nosotros la tenemos no es confiable, tiene muchos errores, según Ciencia y Salud. Estos errores son manifiestos «en las versiones antiguas». En otro lugar se dice que la señora Eddy dijo que «el registro material de la Biblia…no tiene mayor importancia para nuestro bienestar que la historia de Europa y América». (10)

Manuscritos, variantes y confiabilidad de la Biblia

Con todas esas copias disponibles y con la cercanía a la fecha aproximada de autoría, la conclusión más segura es: incluso si hubiera unos cambios aquí o allí dentro de los varios manuscritos, ya sea que se trate de errores o cambios intencionales, la fraseología original todavía está presente dentro del cuerpo total del material. (11)

Como resultado, con todos esos manuscritos para trabajar, lo que tenemos no es una pérdida del original, sino una delgada capa de inconsistencias-diferencias de palabras, ortografía o en la estructura de la oración, lo que los estudiosos denominan como «variantes». En otras palabras, tenemos demasiado texto, no poco, para poder entresacar lo auténtico de lo falso. (12)

Así que, la crítica textual echa por tierra lo que dice la Ciencia Cristiana de que «la Biblia no es confiable» por los errores de «las versiones antiguas». El argumento popular, pero falso, de que «la Biblia no es confiable», tiene muchos años, y ha sido usado de diversas maneras por muchas sectas (no solo por la Ciencia Cristiana) para poder sustituir la Biblia con sus propios escritos, y así introducir su propia autoridad final, este es el meollo y lo que está detrás de tan falaz argumento de desconfianza y descrédito hacia la Escritura, que se intenta sembrar en las mentes de muchos, y es así como se consolidan las sectas con su propio libro o libros, para poder reclamar y cimentar su nefasta guía, y la aceptación incuestionable de sus doctrinas ajenas a lo que dice la Biblia.

En 1866, tras la muerte de Quimby, ella se retiró y trabajo durante diez años en su Science and Health with Key to the Scriptures (Ciencia y Salud con llave para las Escrituras), que fue publicado en 1875. Cuatro años más tarde, en 1879, fundo la iglesia de Cristo, científica, en Boston. (13)

Principales publicaciones de la Ciencia Cristiana

Las obras y publicaciones principales de la Ciencia Cristiana son: Ciencia y Salud como clave de las Escrituras, primera publicación en 1875, con posteriores ediciones; Christian Science Journal, 1883; Christian Healing and Other Writings, 1886; Christian Science Sentinel, 1898; Christian Science Monitor, 1908. (14)

Doctrinas básicas de la Ciencia Cristiana

  • La Trinidad es repudiada en la declaración: «La teoría de tres personas en un Dios (es decir, una trinidad personal o tri-unidad) sugiere politeísmo, en vez del único siempre presente YO SOY» (SH 256:9-11) (15)
  • Jesucristo fue una figura histórica, no obstante como hombre era solo materia y la materia no existe. Jesús no era Dios encarnado en carne humana, una doctrina que enseña el cristianismo, aunque sí nació de una virgen. Eddy creía que Jesús fue solo una idea. (16)
  • El Espíritu Santo se define como la «Ciencia divina» misma. También es mencionado como la Vida, Verdad y Amor eternos. (17)
  • Humanidad- ¿Qué es el hombre? El hombre no es materia; no está hecho de cerebro, sangre, huesos y otros elementos materiales..El hombre es la idea, la imagen del amor; no es físico. (18)
  • El pecado es parte del mundo material ilusorio. Simplemente no existe. El hombre es incapaz del pecado, la enfermedad y la muerte. (19)
  • El infierno, por tanto es un estado de la mente o conciencia golpeado por la ilusión y la culpa. (20)
  • Salvación- Cuando uno es liberado por un lado de la ilusión de creer en la materia y, por otro, en la pecaminosidad, entonces ha obtenido la salvación. (21)
  • Dios es un principio impersonal, no una persona. La señora Eddy escribió: «Dios es todo…el alma, o entendimiento del hombre espiritual, es Dios, el principio divino de todo ser». (22)
  • La expiación y la resurrección- Que la sangre derramada por Cristo en la cruz no limpio al hombre del pecado, y que sus discípulos eran tontos viéndole muerto, cuando en realidad estaba vivo en la tumba (Ciencia y Salud páginas 330 y 349). (23)
  • Materia- Que solo el principio (Dios) existe y lo demás son «ilusiones» no hay materia, casas materiales, (un cuerpo de persona, etc) no son reales. (24)
  • La señora Eddy pretendió en Ciencia y Salud que la Biblia era su única «autoridad» y su único «libro de texto». Pero contradecía esta pretensión manifestando que un cientifista cristiano usaría su libro como libro de texto porque Dios fue su autor y porque es –afirmo- «la voz de la verdad hasta esta época, y contiene la completa declaración de la Ciencia Cristiana». (25)

Este doble discurso puede ser encontrado en el resto de las otras sectas, por un lado afirman que la Biblia es su única autoridad, pero por el otro lado sus doctrinas terminan por estar en contradicción y por sobre lo que dice la Biblia.

  • No hay cielo ni infierno, en el sentido geográfico, pues como la señora Eddy dijo: «El pecador se causa su propio infierno al hacer mal, y el santo su propio cielo al obrar bien». Tanto el cielo como el infierno, para los de la Ciencia Cristiana, son símbolos de estados mentales. (26)
  • 100 páginas del libro de la señora Eddy, «Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras», se dedican a la narración de testimonios de personas sanadas por la Ciencia Cristiana. (27)

Sin embargo estas sanidades son engañosas, porque la Ciencia Cristiana enseña que las enfermedades «no existen» sino solo en la mente de la persona, y la comprensión de esa «verdad» trae la «sanidad».

El doctor Gerstner nos presenta una fase vital, al decir:

«Para ellos la enfermedad (una forma del mal) no existe. De modo que es posible que obren cierta curación, no porque la Ciencia Cristiana sea verdadera, sino porque su fórmula se aplica a ciertos pacientes. Sabemos que muchos de estos no tienen más que enfermedades imaginarias. Convénzaseles pues de ello, con píldoras de azúcar, sugestión, espiritualismo o la Ciencia Cristiana, y es del todo posible que sanen». (28)

  • La escatología tiene poco o ningún lugar en la Ciencia Cristiana. El cielo y el infierno no son lugares. Esto significa que «ahora es el tiempo para que los llamados dolores materiales y los placeres materiales desaparezcan, porque ambos son irreales, porque son imposibles en la ciencia» (SH 39:22-24). (29)
  • Según la Ciencia Cristiana, la oración no es una petición, sino simple afirmación. La oración elevada a un Dios personal es un obstáculo que puede conducir a la tentación. No se puede persuadir a Dios para que haga más de lo que ha hecho. Esto es completamente contrario a las enseñanzas de Cristo. El exhorto a sus discípulos a orar al Padre Celestial para no entrar en tentación. Y el mismo se dedicaba a la oración (Lucas 11:1-4; Mateo 6:5-13; 7:7-11; 26:39-44; Efesios 6:18-20; 1 Tesalonicenses 5:17; 2 Reyes 20:1-6; Santiago 5:16. (30)
  • La señora Eddy dice: «El diablo es el mal irreal de la mente falsa y mortal». Juan 8:44 nos enseña que Cristo afirmaba la realidad de la existencia de Satanás. Vea también 1 Pedro 5:8-9; Apocalipsis 20:10; Job 1:8,9. (31)
  • Los ángeles son solamente pensamientos puros de Dios, según la enseñanza de la Ciencia Cristiana. La Biblia los presenta como criaturas espirituales que sirven a Dios y ayudan a los hombres (Génesis 19:1, 10-17; Mateo 28:2-4; 13:49; Hebreos 1:6,7,13,14; Judas 6). (32)
  • Es claro que todas las doctrinas de la llamada Ciencia Cristiana evidentemente contradicen las doctrinas de la Biblia.

La muerte de Mary Baker Eddy

Aunque ella enseñaba que la muerte era «una ilusión, la vida de la vida», la señora Eddy falleció el 3 de diciembre de 1910. En la actualidad, la iglesia es gobernada por una junta de directores que se perpetúa así misma. (33)

Mary Baker Eddy se deslindó posteriormente de la influencia de Quimby aunque sin éxito.

Padeció casi continuamente una grave dolencia de la espina dorsal, que afecto su vida, tanto física como mentalmente. La enfermedad apareció ya en sus primeros años de mujer y frustro por igual sus dos primeros matrimonios. Sus trastornos la llevaron a visitar al entonces famoso P. P. Quimby, de Portland, Maine, que seguía la misma línea científica que el famoso mesmerista francés, Charles Poyen. (34)

La señora Eddy sostenía que su libro era el resultado de una inspiración divina directa, y que no guardaban ninguna relación con los descubrimientos de Quimby. Naturalmente los cientistas dan la razón a la señora Eddy; pero la reimpresión de documentos oficiales y actas notariales contradice dicha afirmación. (35)

Que la señora Eddy dependió, por un tiempo de Quimby, cosa que más tarde ella negó, como también dependió del Rev. J. H. Wiggins, su editor y «negro» literario (muchas veces siento como si el Señor me hablara a través de usted decía la señora Eddy), ha sido probado con testimonios irrefutables por W. Martin y N. Klann, en The Christian Science Myth, 1954. (36)

Justo L. González hace las siguientes observaciones de la conexión Eddy-Quimby:

«La fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, sufrió diversas enfermedades desde su juventud, al parecer varias de ellas de carácter nervioso. Casada y viuda dos veces, pobre y enferma, víctima de dolores que la llevaron al uso inútil de la morfina, Mary Baker acudió por fin a P. P. Quimby, quien sostenía que la enfermedad no era sino un error, y que el conocimiento de la verdad bastaba para curarla. Sanada por Quimby, a partir de entonces se dedicó a dar a conocer sus ideas, hasta el punto que a la muerte del maestro quedo convertida en su principal exponente». (37)

La Ciencia Cristiana se alinea con el pensamiento de la Nueva Era

La Ciencia Cristiana surgió de los movimientos trascendental y del nuevo pensamiento. El énfasis de la Ciencia Cristiana en «la victoria de la fe sobre la materia» y sobre «la mente mortal», y en su lugar, confiar en la realidad de la «Mente divina», está en línea con la metafísica de la Nueva Era. (38)

Dios los bendiga

 

Bibliografía

  • (1) Josh McDowell y Don Stewart, Estudio de las sectas pag. 140. Editorial Vida.
  • (2) McDowell y Stewart., Ibid. 142.
  • (3) McDowell y Stewart., Ibid. 146.
  • (4) J. K. Van Baalen y Alberto F. Roldan, El caos de las sectas, 2ª edición corregida y aumentada pag. 86. Libros desafío.
  • (5) C. William Fisher, ¿Por qué soy evangélico? pag. 105. Casa Nazarena de Publicaciones.
    Dave Hunt nos muestra cómo se dio la conexión Eddy-Quimby: «El Nuevo Pensamiento, que surgió en América a fines del siglo pasado, puede ser remontado a su vez a Phineas P. Quimby (1802-1866), cuyos estudios en mesmerismo (hipnosis), espiritismo y fenómenos semejantes…constituyeron la base para una nueva estructura en el mundo del pensamiento y que fue considerado como el fundador del movimiento (del Nuevo Pensamiento). Este mesmerista de Nueva Inglaterra, que sano a Mary Baker Patterson (posteriormente Eddy) en 1862 debe ser reconocido como el genio que revistió el antiguo paganismo (hechicería) con términos científicos para formar lo que el llamo «La Ciencia de Cristo o Verdad» y que más adelante llamo «Ciencia Cristiana». No puede dudarse de que la señora Eddy no solo tomo el término de «Ciencia Cristiana» de Quimby, sino que también derivo de él la mayoría de las ideas que más adelante pretendió haber recibió por «revelación». Estas, posteriormente, llegaron a ser la base de la secta Ciencia de la Mente que formo, que hoy día se conoce como Ciencia Cristiana». (Dave Hunt, Más allá de la seducción, regreso al cristianismo bíblico pags. 59-60. Editorial Portavoz)
  • Ron Rhodes nos dice: «Phineas Parkhurst Quimby abrazaba la idea metafísica de que la fuente de la sanidad física se encuentra en la mente. Él estaba convencido de que las enfermedades físicas eran causadas por formas de pensar erróneas o creencias falsas…..Quimby no creo una organización el mismo, pero ciertos individuos que el ayudo adoptaron sus ideas y se las pasaron a otros, ampliándolas o modificándolas en el proceso. La Ciencia Cristiana de Mary Baker Eddy, es un ejemplo mayor de esto». (Ron Rhodes, El Falso Cristo de la Nueva Era pag. 166. Editorial Unilit)
    Hank Hanegraaff hace estas observaciones: «Phineas Parkhurst Quimby (1802-1866), el padre del Nuevo Pensamiento, había popularizado la idea de que la enfermedad y el sufrimiento tenían su origen definitivo en la forma incorrecta de pensar. Los seguidores de Quimby sostenían que el hombre podía crear su propia realidad a través del poder de la afirmación positiva (confesión)». (Hank Hanegraaff, Cristianismo en crisis pag. 27. Editorial Unilit)
  • (6) Mary Baker Eddy, Christian Science Journal, enero 1901 citado por Fisher., Ibid. 114.
  • (7) Fisher., Ibid. 115.
  • (8) Fisher., Ibid. 118.
  • (9) Fisher., Ibid. 125.
  • (10) Irvine Robertson, ¿Que creen las sectas? pags. 128-129. Casa Bautista de Publicaciones.
  • (11) Andreas K. Kostenberger, Darrell L. Bock y Joshua D. Chatraw, En defensa de la verdad pag. 116. B&H Español. Excelente libro sobre la confiabilidad de la Biblia, el canon, crítica textual y otros temas muy importantes, es una refutación directa a Bart Ehrman.
  • (12) Kostenberger, Bock, Chatraw., Ibid. 117. Para un estudio introductorio, básico, pero importante de la crítica textual véase: George E. Ladd, «Critica del Nuevo Testamento; una perspectiva evangélica» editorial Mundo Hispano. Timothy Paul Jones, «¿Por qué confiar en la Biblia?» B&H Español. Para un estudio más avanzado de la crítica textual véase Bruce M. Metzger, «Un comentario textual al Nuevo Testamento Griego, 4 edición revisada», Sociedades Bíblicas Unidas. Véase también Craig L. Blomberg, «Tres preguntas clave sobre el Nuevo Testamento» editorial Vida.
  • (13) George A. Mather y Larry A. Nichols, Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo pag. 109 CLIE.
  • (14) Mather y Nichols., Ibid. 111.
  • (15) Robertson., Ibid. 131.

Acerca del Autor

Edgar Treviño EDF Apologetica
Edgar Treviño
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Edgar Treviño es un apologista evangélico e investigador desde 1995, y estudio la carrera de Ciencias de la Comunicación, es mexicano y autor del libro "Estudios sobre sectas, religiones y otras falsas enseñanzas: Una apologética evangélica", disponible en Amazon.

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