¿Qué es una secta? Normalmente algunos me preguntan por su significado y cuáles son las características de una secta, y suelen evocar imágenes relacionadas al satanismo (de hecho muchos le ponen como nombre y apellido: «secta satánica» a todo lo que relacionan con sectas). Pero para sorpresa de algunos, el término es tan genérico que muchos pudieran pertenecer a un grupo sectario sin saberlo.
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¿Qué es una Secta?
La palabra secta implica separación. Tiene que ver con aislarse de un conglomerado, pudiendo ser social, religioso o político. El término alude a un grupo que se ha separado de otro precisando de nuevas ideas o interpretaciones doctrinales distintas.
De esta manera puede haber una secta dentro de cualquier ideología o religión. Por ello encontramos tanto sectas cristianas como no cristianas, unas más peligrosas que otras en lo social o moral, pero cuyas enseñanzas generales se han distanciado considerablemente del cristianismo histórico u ortodoxo. Walter Martin, el llamado «Hombre de las respuestas bíblicas», define secta de la siguiente manera:
Por tanto, una secta es un grupo de personas polarizadas [sic] alrededor de la interpretación que alguien hace de la Biblia y caracterizado por grandes desviaciones con respecto al cristianismo ortodoxo en lo que se relaciona con las doctrinas cardinales de la fe cristiana, particularmente con el hecho que Dios se hizo hombre en Jesucristo.
Características de una Secta
Hay varios elementos o características que nos permiten distinguir a una secta, como lo son las características doctrinales, las características morales, y las características sociológicas. Veamos de qué se trata:
Características Doctrinales
Corresponden a las interpretaciones que las sectas usualmente llaman «una nueva verdad». Son errores doctrinales de consideración, no meros puntos de vista de carácter práctico. Una característica doctrinal básica de las sectas es su rechazo a la Deidad de Jesucristo (1Jn 2:22), o el politeísmo que enseñan los mormones. También podemos mencionar el rechazo a la doctrina de la Trinidad, como en el caso de los modalistas o los testigos de Jehová.
Muchas veces para mantener esta característica, caen tanto en errores exegéticos o hermenéuticos y la utilización de material extra bíblico. Todos sabemos que los mormones usan algunos libros adicionales como «El Libro del Mormón, «Doctrinas y Convenios» o «La Perla de Gran Precio». Los ruselistas usan las revistas «La Atalaya» y «Despertad», además de innumerables libros. Otros movimientos, como los adventistas, consideran los escritos de Ellen White como autoritativos, así como la Ciencia Cristiana usa los escritos de Mary Baker Eddy.
Características Morales
Las sectas también poseen características morales bien específicas que les hacen distintivas. Una de ellas es la de carácter sexual. La secta de La Familia (o Los Niños de Dios) es un ejemplo de esto mediante el sexo libre entre sus miembros. Y no olvidemos que Joseph Smith y líderes del mormonismo enseñaron la poligamia como norma esencial, de tal manera que se aprovecharon para tener, como en el caso de Smith, más de 40 esposas.
En esta categoría también entra la autoridad férrea de los líderes, un legalismo característico. Algunos van desde la prohibición del café en los mormones hasta la manipulación con que son llevados los testigos de Jehová a evangelizar, pasando por una determinada moda para vestirse. Y todo esto como un rechazo a la gracia de Dios, como forma de «ganarse» su salvación..
Características Sociológicas
Aquí se incluye el dogmatismo, exclusivismo y autoritarismo. Las técnicas de control mental juegan un papel fundamental. Ser excluidos de la organización de Dios y perecer en el Armagedón es una seria amenaza dentro de los testigos de Jehová. Esto lo hacen sus líderes desde la presunción de que son enviados de Dios, o con un acceso especial a Él.
En su libro «El Estudio de las Sectas», Mc Dowell y Steward dicen:
Esta férrea autoridad lleva a los seguidores a una dependencia total con respecto a la secta en lo relacionado con creencias, conducta y estilo de vida. Cuando caen en manos de un líder especialmente corrupto, los resultados pueden ser muy lamentables, como sucedió con Jim Jones y la tragedia del Templo del Pueblo, en la que hizo que cerca de novecientas personas se suicidaran con él.
No es de extrañar la hipocresía en el mensaje, un doble mensaje en los que se le oculta a los de afuera ciertas reglas que ya conocen los de adentro, a fin de poder adoctrinarles.
Sectas, Biblia y Apologética
Ahora, hay dos cosas a tener en consideración aquí y que son perfectamente debatibles: primero, puede ser que nos topemos con algún movimiento que tenga alguna de estas características sin ser propiamente una secta en toda su definición. Y segundo, aunque pueda sonar contradictorio, puede que algunas sectas no cumplan con todos los requisitos elaborados en estas características previas.
Les doy un ejemplo: algunas personas debaten si deben etiquetar como «secta» a los adventistas del séptimo día. Otros hacen lo mismo con los unicitarios (también llamados modalistas o «Sólo Jesús»). Y de la misma manera, cada quien usa el término «secta» como bien le parece, tanto dentro como fuera del cristianismo. De hecho, para algunos en el catolicismo (quienes llaman «hermanos separados» a toda denominación que huela a Lutero o reforma protestante), hay muchas sectas evangélicas, y que otros falazmente han enumerado en miles. Y así, a consideración de unos y otros la lista más o menos puede extenderse o reducirse.
Recordemos que una secta es un grupo separado. Y aunque cada quien pretenda usar el término como le parezca, esto no depende de quien lo dice. ¡Gracias a Dios existe la Biblia! Pues teniendo las Escrituras como la verdad inspirada de Dios, con ello podemos diferenciar la verdad de la mentira, o quien es Iglesia y quién es secta. Ahí es donde entra la apologética junto a la evidencia bíblica. Con la Biblia creemos que Dios es Uno, Creador y Soberano (Deut 6:4), que el Padre es Dios y distinto al Hijo que también es Dios (Ro 9:5; Jn 1:1), y el Espíritu Santo es Dios sin ser el Padre o el Hijo. (y que definimos este misterio como «Trinidad»). Creemos que la salvación es por fe (Efe 2:8) mediante la obra de Jesucristo en la cruz (Ro 5:8,9).
La Biblia como Verdad Necesaria
Esa misma Biblia que nos indica cómo es Dios y mediante qué nos salva, también refuta y excluye a todo aquel que se ha apartado de sus caminos tras un evangelio diferente (ver 1Jn 2:19). Aquí quedan excluidos los que a la fe le añaden las obras so pena de perdición; los que añaden a la fe el congregarse un día específico o se condenan; los que añaden a la fe un concepto adicional sobre predestinación o no son del redil; o quienes añaden a la fe el bautizarse o salir a predicar, o hablar en lenguas, etc. Que las obras sean importantes no implica que sean necesarias para salvación. Es muy diferente el salvamos para hacer buenas obras, que el salvarnos mediante buenas obras.
La condición moral del cristiano es también definida en la Biblia. Esas «iglesias», «denominaciones», «credos» o grupos donde se fomenta o enseña la inmoralidad sexual ya están excluidos ver 1Cor 6:9 y Heb 13:4). También están excluidos todos aquellos que enseñan que hay salvación sólo dentro de sus muros o paredes, o sólo mediante la interpretación de sus líderes, y no en lo que afirma Dios a través de la Biblia.
La Biblia dice salieron de nosotros pero no eran de nosotros. El hacer apologética ante las sectas implica conocer doctrina, saber lo que se dice sobre Dios, el hombre, el pecado, Jesucristo, la salvación, etc. Para distinguir lo falso es preciso conocer lo verdadero. Nadie sabe que una línea está torcida sin antes conocer la línea recta.
Espero haber aportado un granito de arena sobre este tema. Que el Señor les bendiga.
Fuentes Consultadas
- Geisler Norman & Ron Rhodes, «Respuestas a las Sectas». Editorial Patmos, 2004.
- Mc Dowell, Josh & Don Stewart, «Estudio de las Sectas». Editorial Vida.
- Ramos, Marcos Antonio. «Diccionario de Religiones, Denominaciones y Sectas».
- Mather, George & Larry Nichols. «Diccionario de Creencias, Religiones, Sectas y Ocultismo». Editorial Clie. 2001.
Acerca del Autor
Juan Valles
Teólogo en formación, predicador del evangelio; apasionado por la apologética y la doctrina cristiana; se dedica al estudio de sectas y movimientos religiosos. Está casado y reside en Caracas.