El tarot es descrito como un medio de conocimiento de las cosas ocultas. La adivinación es la práctica o proceso de discernir conocimiento sobre el pasado, presente o futuro. La Biblia es la inspirada Palabra de Dios para el ser humano. Y el cristianismo es la doctrina de Jesucristo, establecida en la Biblia y consecuente con su enseñanza histórica y ortodoxa. Hablemos de el Tarot, la Biblia y el cristianismo, y cómo ha de ser la opinión de los cristianos respecto a esto.
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¿Qué es el Tarot?
Hablar del tarot puede ser entendido como un conjunto de cartas específicas, aunque también puede expresarse como el proceso de tirar esas cartas con la finalidad de obtener conocimiento oculto que permita tomar decisiones. Y también se ha mostrado al público como un método no sólo de contacto con lo oculto, sino de hallar sentido a la vida, con lo cual muchas personas comienzan como aficionados y terminan convirtiéndose en médiums que no pueden vivir sin tratar de echar mano de ese ámbito «espiritual» para su día a día. Es una actividad propia de la nueva era, pero también del ocultismo.
El tarot es, en consecuencia, un método de adivinación en la que se hace contacto con los denominados arcanos (mayores y menores), tratando de interpretar hechos mediante la disposición y orden en cada tirada de estas 78 cartas.
Ahora, ¿cómo es posible que con unas meras cartas se acceda a conocimiento oculto? ¿No será Dios quien está detrás de ello? Veamos lo que dice la Biblia sobre Dios y entendamos estas cosas.
La Biblia y su Mensaje
La Biblia es entendida como la revelación de Dios para la humanidad. Comprende desde la creación, el pecado y la historia de la redención, al paraíso recuperado por Dios para su pueblo. Es una colección de escritos validados por la historia y la arqueología, donde no sólo se fundamenta la existencia de Dios, sino su carácter y posición respecto a temas sociales, morales, espirituales, etc.
En esa Biblia Dios se define como el Único Dios (Deut 6:4), el Único Salvador, el Único Digno ante el cual su creación debe seguir, amar, respetar, etc. Buscar contacto con algún ser espiritual distinto a Él, es pecado, no porque Dios sea un débil y orgulloso que necesita de nuestra adoración, sino en virtud de merecerlo por ser quien ha creado todas las cosas. Dios odia la mentira porque es Verdadero, del mismo modo que detesta la infidelidad por ser Él mismo, en su naturaleza, Fiel.
Dios exhorta a los suyos a buscarle en Su Palabra, a través de la oración, y por la comunión íntima con Su Espíritu Santo. No se agrada de ídolos ni utiliza objetos para dar conocimiento oculto. El acceso a Dios no es a través de cartas. Y ya que la Biblia es nuestra regla para vivir, miremos a través del cristal de sus páginas qué tan bueno, correcto y agradable para Dios es el uso del tarot.
El Tarot, la Adivinación, la Biblia y el Cristianismo
Aunque el Tarot sea considerado superstición para algunas personas, no obstante para otras es una herramienta para obtener conocimiento oculto. Las opiniones de las personas respecto al Tarot pueden variar dependiendo de muchos factores. Pero no son las opiniones humanas las que determinan su aprobación, sino las de Dios. El conocimiento que intenta hallar el Tarot es mediante la adivinación.
Un error común es creer que la adivinación es un don de Dios el acceso al conocimiento oculto, desvelado por métodos como el Tarot, la Ouija, caracoles, lectura de la mano, lectura del café, del tabaco, una bola de cristal, etc. ¿Y hay resultados? Muchas veces sí. Así como hay embaucadores que intentan ofrecer información ambigua para acertar sobre otras personas, puede que un médium o psíquico obtenga datos sobre alguien de una forma no convencional a través de formas adivinatorias. Pero ello no implica necesariamente que sea Dios quien esté tras ello. El apóstol Pablo escribió: «Aun Satanás se disfraza de ángel de luz» (ver 2Cor 11:14,15).
Ahora, desde el punto de vista cristiano, la Biblia es Palabra de Dios, inspirada, donde Dios se describe como Verdadero, Único, Soberano, nuestro acceso al mundo espiritual es sólo con Él y a través de Él. En el cristianismo Dios viene al ser humano a salvarle. Creó todas las cosas; el ser humano lo pervirtió con el pecado; y Dios envió a Su Hijo a salvar y restaurar todas las cosas. El contacto espiritual es por el Espíritu Santo de Dios, y cualquier método distinto al mundo espiritual es a través de demonios. Hay una esperanza concreta en el cristianismo que no se puede satisfacer mediante la adivinación o el Tarot.
¿Qué dice la Biblia sobre lo que se hace en el Tarot?
Aunque la Biblia no describe paso a paso lo que ocurre en el Tarot, sí podemos vislumbrar en sus páginas lo que rasgos generales se pretende con este método adivinatorio.
En el capítulo 20 del libro de levíticos hay una serie de instrucciones, advertencias y sentencias. La adivinación está registrada allí como algo prohibido que merece un fatal castigo. Dice:
«Los hombres o las mujeres entre ustedes que actúen como médiums o que consulten a los espíritus de los muertos, deberán morir apedreados. Son culpables de un delito de muerte» (Lev 20:27 NTV).
¿Qué motivación puede tener Dios para prohibir la adivinación? Antes de entrar a la tierra prometida, Dios dijo que actividades como la adivinación son abominación para Él (Deut 18:9-14). De hecho, participar en estas actividades es contaminarse espiritualmente:
«No te contamines al recurrir a los médiums o a los que consultan con los espíritus de los muertos. Yo soy el SEÑOR tu Dios.» (Lev 19:31).
La Biblia habla del Rey Manasés, hijo de Ezequías, de quien se dice que provocó por estas cosas el enojo de Dios. Dice así:
«Practicó la hechicería, la adivinación y la brujería, y consultó a los médiums y a los videntes. Hizo muchas cosas que eran malas a los ojos del SEÑOR y con eso provocó su enojo.» (2Cr 33:6 NTV).
Entonces, ya que Dios se enoja tanto por quienes consultan a adivinos o médiums es evidente que Él mismo no está detrás de estas prácticas. Entonces, ¿quién está detrás de esto?
La adivinación es obra de demonios
En la Biblia hay mucha relación en las palabras que se traducen como adivino (o adivinación) y la obra demoníaca. La palabra «adivino» es el griego «mantis», relacionado con «manteuomai» (adivinar) y «mainomai» (delirar). De hecho, la palabra griega «mania» se traduce como furia en aquellos que poseídos muestran una gran fuerza. También, otro nombre para adivino es la palabra griega puthon (o piton, como la serpiente). Aquí no pasa desapercibido el hecho de que la serpiente corresponde a Satanás (léase Gen 3:1,14; Apo 20:2).
Ahora, sabemos gracias a la Biblia que quien capacita a alguien para adivinar son los demonios. En el libro de los hechos se habla de una joven que adivinaba mediante la acción de un demonio:
«Una vez, cuando íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos.» (Hch 16:16 NVI).
A través del poder de Dios, siempre superior a la acción de cualquier demonio, la joven fue liberada:
«… pero desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella!» Y el espíritu salió en aquel mismo momento.» (Hch 16:18 NBLH).
Hay personas que desconocen que tratan directamente con demonios. Creen que rinden servicio a Dios. Creen que consultan a Dios a través de un don impartido por Él. Pero la verdad es que lo que ofrecen o consultan es a los demonios. Pablo escribió a los corintios:
«No, sino que cuando ellos ofrecen sacrificios, lo hacen para los demonios, no para Dios, y no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios. (1Cor 10:20 NVI)
Que este corto artículo sirva para arrojar luz sobre este tema, a fin de que conozcamos la voluntad de Dios y actuemos conforme a ello.
Que el Señor les bendiga.
Bibliografía Consultada
- Biblia Nueva Versión Internacional (NVI)
- Biblia Nueva Traducción Viviente (NTV)
- Santa Biblia Reina Valera 1960
- Nueva BiIblia de los Hispanos
- Walter Martin, «El Ocultismo y Su Reino»
Acerca del Autor
Juan Valles
Teólogo en formación, predicador del evangelio; apasionado por la apologética y la doctrina cristiana; se dedica al estudio de sectas y movimientos religiosos. Está casado y reside en Caracas.