¿Dice 1Corintios 8:6 que Jesús no es Dios? No cabe duda de que el mensaje de la Biblia siempre es esperanzador, ameno, directo y muy rico. Pero tampoco cabe duda de que su lectura y comprensión amerita identificar el contexto. Todo análisis que se haga a la Biblia conlleva a determinar el destinatario, ambiente histórico y cultural, temática, etc.
A este respecto nos toca hablar de un pasaje escrito por el apóstol Pablo, cuyo contexto no ha sido tomado en cuenta por quienes a la fuerza intentan despojar a Cristo de su señorío y absoluta deidad. Este pasaje dice:
«… para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para quien nosotros existimos; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual han sido creadas todas las cosas y por quien nosotros también existimos.»
Para algunos, a primera vista, este texto niega que Jesús sea Dios. Pero un análisis del contexto (que es en definitiva como debe atenderse toda lectura en la Biblia) es crucial para captar el sentido de la enseñanza de Pablo.
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Que hable el contexto…
El contexto en que Pablo nos habla es acerca de los alimentos sacrificados a los ídolos (1Cor 8:1). Estos ídolos, según Pablo, no tienen poder alguno sobre nosotros los creyentes, ni son el Dios al que adoramos. La Nueva Traducción Viviente (NTV) vierte el texto de la siguiente manera:
«Entonces, ¿qué acerca de comer carne ofrecida a ídolos? Pues sabemos que un ídolo no es en verdad un dios y que hay sólo un Dios. Puede que existan esos llamados «dioses» tanto en el cielo como en la tierra, y algunas personas de hecho rinden culto a muchos dioses y a muchos señores.» (1Cor 8:4,5)
Esto sirve entonces de preámbulo para ubicarnos en el contexto, y conocer que Pablo hace una diferencia entre lo que adoramos y lo que rechazamos. La gente del mundo puede considerar la existencia de muchos dioses y señores, pero para nosotros existe sólo un Dios que creó todas las cosas, y un Señor por medio del cuál existen todas las cosas.
Aquí los términos «Dios » y «Señor» no son exclusivos
Así, vemos que Pablo no da exclusividad al Padre, como Dios, respecto de Jesucristo; ni de Jesucristo como Señor respecto del Padre. Dicho de otra manera: Pablo no intenta decir que el único Dios es el Padre y el único Señor es el Hijo. Si aplicamos este error, tendríamos que el Padre es Dios (pero no es Señor), y que el Hijo es Señor (pero no es Dios), cosa que contradice por mucho el resto de la revelación bíblica y dista mucho también del mensaje que Pablo está dando.
Cuando leemos nuestro pasaje, notamos que no es tocante a la naturaleza de Dios sino a las comidas que se ofrecen a los ídolos, anunciando que estos ídolos no significan nada para nosotros porque tenemos la Deidad verdadera, donde hay (sin muestras de jerarquías) un Dios que creó todas las cosas y un Señor por el que se creó todas las cosas. Este mismo autor (Pablo) ha dicho en otras oportunidades que ese Dios es también Señor, y que ese Señor es también Dios, cosa ciertísima entre nosotros.
Reforzando el argumento…
Existe en internet un artículo escrito por Pablo Santomauro, donde agrega:
«Si la referencia al Padre como “un Dios” prueba que Jesús no es Dios, siguiendo el mismo razonamiento debemos concluir que la referencia a Cristo como “un Señor” significa que el Padre no es Señor.»
También hacemos eco de lo que agrega Fernando Saraví en su libro «La Divinidad de Cristo Vindicada», en cuya página 74 leemos: «Pablo no niega que Jesucristo sea Dios mas de lo que niega que el Padre sea Señor!»
Y es cierto. No podemos decir que el Padre no es Señor porque no es de lo que está hablando Pablo. Tampoco podemos decir que Jesús no es Dios por la misma razón. O usamos la misma lógica errada para ambos casos, o usamos la verdad para ambos casos. Pero no cometamos el error de desprestigiar a Cristo con semejante exégesis fraudulenta donde la mala intención y el error serían evidentes.
Finalmente, en el libro «Respuestas a las Sectas» de Norman Geisler y Ron Rhodes hay un aporte valiosísimo:
Desde luego, la designación del Padre como Dios en este versículo no tiene el propósito de excluir a Jesús y al Espíritu Santo (Mt 28:19; 2Cor 13:14). De igual manera, la identificación de Jesús como «Dios y Salvador» en Tito 2:13 no excluye al Padre y al Espíritu Santo. Cuando al Espíritu Santo se le llama Dios en hechos 5:4, no llega a ecluir al Padre y a Jesús.
Lo que sí enseña el texto de 1Corintios 8:6
Pero más allá de minimizar a Cristo, este texto demuestra su grandeza y refuerza su Deidad, igual al Padre. Ello se debe a que muchos ignoran u olvidan que las escrituras hebreas, cuando fueron pasadas al griego en la versión de los setenta, utilizaron el término griego kuryos para referirse al absoluto Dios que se había manifestado a los hebreos. Y que los escritores del Nuevo Testamento, aun con el rígido monoteísmo que los caracterizó, aplicaron esta misma palabra a Jesucristo el Salvador.
Un ejemplo de esto lo vemos en Lucas 4:12 donde Jesús responde a Satanás que «no tentarás al Señor tu Dios» (usando la palabra kuryos que se traduce Señor). Sin embargo, esta frase la toma Jesús de Deuteronomio 6:16 donde dice «No tentaréis a Jehová vuestro Dios». Es decir, de manera indistinta llamaron a Jehová como kuryos, Señor. Y es precísamente esta palabra kuryos la que aplican a Cristo. Pablo escribió a los mismos destinatarios: «… ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo.» (1Corintios 12:3).
Esto también se debe a que la palabra kuryos expresaba señorío absoluto, pues el kuryos era el Dueño absoluto. Cuando una persona le dice «Señor» a Cristo, le expresa su aprobación por su señorío, y declara con ello que Cristo es su Dueño. A. T. Robertson trae un comentario adicional:
«A uno le viene a la mente la demanda hecha a Policarpo de que dijera Kurios Caesar, y de cómo en cada ocasión contestó Kurios Iësous. Y pagó con su vida su lealtad. Personas superficiales pueden decir «Señor Jesús» de un modo petulante, e incluso irreverente, pero ningún judío o gentil lo decía entonces si no lo decía de corazón. «
Conclusión
Así que no es mera cosa lo que dice Pablo acerca de Jesús al decir que es el Señor, es decir, el Dueño, lo mismo que el Jehová del Antiguo testamento.
Algunas personas, con una teología sectaria, han sido engañados para pensar que Jesús no es Dios absoluto sino una criatura, y para mal se agarran de este texto de 1Corintios 8:6 para llamar «bueno» a lo «malo». No se demuestra una sana doctrina afirmar con esto que Jesús no es Dios, sino un evidente rechazo a la persona de Jesucristo.
Acerca del Autor
Juan Valles
Teólogo en formación, predicador del evangelio; apasionado por la apologética y la doctrina cristiana; se dedica al estudio de sectas y movimientos religiosos. Está casado y reside en Caracas.
Buena explicación, saludos.
Tu conclusión final es una evidente falta de respeto por quien no piensa igual. Afirmas que negar su deidad es rechazarlo pero te equibocas. Tiene su lugar de máxima honra cómo mesías e Hijo de Dios. Un sólo Dios y un Señor (no un SÓLO Señor) si Jesús es tu Señor va implicito Dios quien le puso en esa posición. Si Jesús es tu Dios no lo és Yaweh, ya que este abolió su ley en el madero, a pesar de ser Santa buena y justa (Romanos) y a pesar de decir que Él no vino a abolirla y antes pasaría el cielo y la tierra que su palabra. Y lo siento, la secta de los del camino es secta. Sigue en formación, sr. Teólogo